Refracción, Javier Galarza

Profundizar una poética, incendiar una casa, asumir sin resguardo, desasirse para vivir la incertidumbre del mundo. El poeta y su libro encaran una dialéctica cuyo esqueleto son todas las mujeres en su vida y una, la que surge del rompimiento, la que sostiene el hilo. El asma y sus excoriaciones. Poesía desbastada. refracción llega por invocación e insistencia y nos invita a recorrer los ejes más profundos de la vida de un hombre, de éste o de cualquier otro. – Silvia Camerotto

Cuando el rayo de luz experimenta un cambio de curso, se produce la refracción. La poética de Javier Galarza toma la rebeldía de este fenómeno para alumbrar el camino hacia la deconstrucción de toda morada, porque bendito/ el que incendia/ su casa/ y canta/ sin resguardo. Sus poemas, cuya brevedad es sólo un efecto de luz, se visten de refranes violentados, conducen al lector hacia la reflexión y se rompen. – Natalia Litvinova

Hay en refracción un deliberado uso de la violencia. Llevar al lenguaje hasta sus extremos, a los contrasentidos que encierran las partes del todo. Sin resguardo, ni siquiera el de llegar a fin de página porque es irremediable lo que cae y se quiebra, lo que maldice y conjura. Y todo pasa veloz ardiendo sin construirse Rock o plegaria de quien se duele del mundo y se inmola en la pira del sacrificio. Estamos perdidos. No, no lo estamos si hay Otro que refracta nuestra luz. – Marisa Negri

60p. 20 x 14 cm.

Fotografía de tapa: Amaia Guridi

2012